Parte de la riqueza del cine radica en que es un arte que abarca un amplio abanico de temas. Entre ellos, y quí encontramos la cuestión que interesa a nuestra asociación, están las películas que hablan sobre la naturaleza.
Grandes films como Dersu Uzala (El cazador), de Akira Kurosawa, y toda una serie de películas, destacando las de animación, como Ratatouille, Madagascar o los 101 dálmatas, han enseñado a toda una generación que debemos amar y respetar a todos los seres vivos como fomento del equilibrio del planeta. Dersu Uzala, por ejemplo, trata sobre un cazador nómada que habita en los bosques de Siberia y que enseñará a un militarruso (Vladimir Arseniev) a convivir con la naturaleza y así estar en plena armonía con ella; además de ser una excelente película sobre la amistad, como destacaba el crítico cinematográfico Carlos Boyero en el diario El Mundo. Madagascar y Ratatouille muestran el calvario y la esclavitud que sufren algunas especies en los zoológicos y las calles de las ciudades modernas. Ratatouille está más enfocada al asco y al desprecio que tenemos ante especies como los ratones, una manía más cultural que racional, y Madagascar parodia los zoológicos modernos, que se aprovechan de la espectacularidad de los animales salvajes a modo de exhibición, sin importarles que estas criaturas no estén viviendo en el único sitio donde sus necesidades pueden estar completamente cubiertas, su hábitat natural.
Laraza humana es infinitamente más poderosa que el resto de especies terrestres, y poco a poco, en occidente y en las civilizaciones industrializadas, se ha ido perdiendo contacto con los demás seres vivos, encasillando a grupos de animales como las palomas, los rodeares o los perros, a plagas que asedian las ciudades, bichos que habitan en los bosques y a animales que tomamos como mascotas de compañía con posibilidad de abandonar, como el que se compra un portatil. El cine, y todos los mensajes que brotan de él, ayudan a crear consciencia en este tema y muchos otros, y a asienta una serie de valores que no nacen innatos en la gente. En especial en aquellos niños, que acostumbrados a la cultura del cine y del ocio, salen de las salas con ganas de tener un león en su habitación.
Para finalizar, un ejemplo de ese humor negro, satírico y “tarantiniesco” recogidode autores como Brian de Palma, del final de Kill Bill II, que ayuda a clarificar las ideas de este texto. Laescena final de la saga Kill Bill es una muestra de lo educadora que puede ser la televisión, en cuanto albuen trato con los animales y demás valores educacionales que mantienen la inocencia de estos chiquillos, y que crean una moralidad ética y sólida. Cuando Beatrix se encuentra ya en la habitación del hotel con su hija, después de la trifulca con "Bill", su hija está mirando los dibujos animados que salen por la tele sentada en la cama, y el narrador de estos dibujos dice: “Vaya, vaya, vaya…, pero sies la florecilla… Buenos días, señor y señora América y todos los barcos de la mar. Últimas noticias: ¿tiene usted una urraca en su casa? Si es así, es usted afortunado. Las urracas son las aves más encantadoras del mundo y las mejores amigas del granjero. Trátenlas con dulzura y con amabilidad, y no olviden nunca que las urracas merecen todo nuestro respeto”. Todo un ejemplo de lo qué es la cultura televisiva con la que se han creado cineastas como el propio Quentin Tarantino dentro de la cultura del cine.
Ruben Elías Hernández